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Los retos del sector de la belleza ante las nuevas rutinas y hábitos de consumo que ha generado el COVID-19

  • El coronavirus ha cambiado el negocio de la belleza tal y como era conocido a finales del 2019. Y es que ha modificado por completo la rutina diaria de las personas y, por consiguiente, los hábitos y prioridades de consumo.
  • Pero mientras que algunas marcas lo han vivido como una verdadera crisis, otras han encontrado una oportunidad para incrementar sus ventas.
  • De igual manera, el impacto económico no puede ser subestimado y recuperar la cercanía con los clientes en tiempos de distanciamiento social es uno de los principales retos a los que se enfrenta el sector de la belleza durante la crisis del COVID-19.
  • A pesar de que han surgido nuevas herramientas digitales que buscan mejorar la experiencia, no han sido suficientes y el contacto físico continúa siendo indispensable.

“La belleza es tu deber”. Un eslogan que nació en plena Segunda Guerra Mundial y que no tardó en convertirse en un acto de compromiso patriótico inapelable, según Smoda.

A lo largo de los años, el papel de la industria de la belleza ha sido considerado como esencial en tiempos de crisis. 

Y es que maquillarte los labios sube la moral. O al menos así lo pensaba Winston Churchill, culpable de convertir el pintalabios rojo en un producto de primera necesidad durante la guerra.

De hecho, aunque en el Reino Unido se paralizó la producción de cosméticos en muchas empresas, Churchill decidió hacer una excepción con el lápiz de labios.

“Winston Churchill entendió que llevar pintalabios rojo hacía a las mujeres sentirse fuertes, seguras y atractivas, unos sentimientos especialmente preciados en tiempos de crisis”,ha explicado Rachel Felder, autora del libro Red Lipstick: An Ode to a Beauty Icon a Smoda.

Nacía entonces the lipstick effect (o la teoría del pintalabios rojo por como es conocida en español).

El efecto lipstick  —considerado como un indicador económico— es el fenómeno por el cual, en tiempos de crisis, los consumidores dejan de comprar artículos de lujo y, a cambio, optan por pequeños objetos que alimentan su autoestima, como por ejemplo, un lápiz de labios.

Sin embargo, en tiempos de coronavirus la barra de labios está perdiendo liderazgo en los carritos de la compra virtuales. Así, el efecto lipstick parece haber llegado a su fin.

En los últimos años todo lo relacionado con el cuidado personal y la imagen se ha disparado. De hecho, en 2023 la industria cosmética generará 800.000 millones de dólares en todo el mundo, un 50% más que en 2017, cuando la facturación alcanzó los 530.000 millones, según CB Insights.

 

No obstante, la pandemia del coronavirus ha cambiado el negocio de la belleza tal y como era conocido a finales del 2019. Y es que ha modificado por completo la rutina diaria de las personas y, por consiguiente, los hábitos y prioridades de consumo.

En este sentido, mientras que algunas marcas lo han vivido como una verdadera crisis, otras han encontrado una oportunidad para incrementar sus ventas y han resistido la tormenta mejor que las primeras.

De igual manera, el impacto económico no puede ser subestimado.